El mortero monocapa representa una solución revolucionaria en el ámbito de la construcción y el revestimiento de superficies. Contrario a la impresión que su nombre podría dar, su aplicación típicamente se realiza a través de un procedimiento en dos fases para optimizar la resistencia y durabilidad del material.
Aplicación mortero monocapa
En la fase inicial, se aplica una capa base directamente sobre la superficie destinada a recibir el tratamiento. Esta capa sirve como cimiento sólido y uniforme. Durante esta etapa, mientras la mezcla aún conserva su maleabilidad, se incorpora estratégicamente una malla de fibra de vidrio. La inclusión de esta malla confiere múltiples ventajas: mejora significativamente la tenacidad del revestimiento, lo cual se traduce en una mayor resistencia frente a fisuras y deterioros. Asimismo, distribuye de manera equitativa las tensiones mecánicas sobre la superficie, eliminando así la posibilidad de zonas frágiles localizadas. Esta malla también introduce una capacidad de flexibilidad, permitiendo al revestimiento adaptarse a movimientos estructurales menores sin sufrir daños. Además, esta malla asegura una consistencia en el espesor y aplicación del mortero, lo que es crucial tanto para su funcionalidad como para su estética.
Posteriormente, se aplica la segunda capa del mortero monocapa, cuya función primordial es proveer un acabado liso y uniforme, ocultando completamente la malla subyacente. Antes de que el mortero alcance su fraguado completo, pero una vez que ha comenzado a endurecerse, se procede a rasparlo con una herramienta especializada. Este proceso confiere al revestimiento su característica textura final.
Este método ejecutado en 2 fases, en conjunto con la integración de la malla de fibra de vidrio, convierte al mortero monocapa en un material que equilibra de manera óptima la resistencia, durabilidad y estética. Este enfoque maximiza las propiedades inherentes del material, garantizando tanto una larga vida útil como un acabado visualmente atractivo.
Fachada monocapa colores
En el ámbito de las fachadas monocapa, la paleta de colores que solemos utilizar se extiende desde tonos sutiles y naturales hasta matices más atrevidos y contemporáneos.
Documentación obtenida de la Guía práctica de aplicación REVESTIMIENTO DE FACHADA
COTEGRAN
- Los colores más demandados incluyen una gama de grises, desde el gris claro, ideal para un aspecto moderno y minimalista, hasta el gris antracita, que ofrece una elegancia y sobriedad distintivas.
- Los tonos beiges y cremas siguen siendo populares por su capacidad para armonizar con el entorno y aportar luminosidad.
- En proyectos que buscan un toque más audaz, los colores terracota y siena aportan calidez y carácter.
- También, no es infrecuente ver tonalidades de blanco, que proporcionan una limpieza visual y realzan la arquitectura del edificio.
Cada uno de estos colores se elige cuidadosamente para asegurar que la fachada no solo sea funcional y duradera, sino también estéticamente atractiva y en armonía con su entorno.
Desde yesoproyectado tenemos una amplia experiencia en la ejecución de monocapa, ya sea en obra nueva como en rehabilitaciones, para cualquier consulta no duden en contactar con nosotros para un mejor asesoramiento.